Después de muchas dudas y de buscar la mejor recomendación para dispensar un colutorio, he llegado a la conclusión de que todo depende de las circunstancias de cada momento porque el estado de nuestra boca varía a lo largo de la vida, ya sea por los cambios que se producen con la edad, por nuestra salud bucal en diferentes momentos o por nuestro estado de salud en general.
Por tanto, ¿cómo podemos elegir el colutorio que más se ajuste a nuestras necesidades? Voy a intentar hacer un resumen de las características de los diferentes componentes que contienen para que la elección sea más sencilla.
¿QUÉ ES UN COLUTORIO Y POR QUÉ DEBEMOS USARLO?
El colutorio se podría definir como una solución acuosa con diferentes principios activos para la prevención y tratamiento de las distintas patologías o afecciones bucales. Se diferencia del enjuague bucal en que el colutorio contiene un componente gelificante que le da mayor viscosidad para que permanezca más tiempo en la mucosa bucal.
Todos conocemos que las caries, patología que afecta a los dientes, y las enfermedades en las encías, son provocadas por la placa, que es una mezcla de bacterias y comida que se acumula después de haber comido. Si esta placa no se limpia se va convirtiendo en sarro, que es un depósito duro que se forma en la base del diente. Tanto la placa como el sarro irritan e inflaman las encías, generando diferentes problemas como son caries, gingivitis (inflamación y sangrado de encías), periodontitis (rotura de los ligamentos y el hueso que soporta el diente, haciendo que en ocasiones perdamos el diente) y halitosis o mal aliento, entre otras afecciones.
Por eso es importante tener una higiene bucal adecuada: cepillarse los dientes, usar el hilo dental o cepillo interdental, y acompañar con un colutorio o enjuague bucal como mínimo 2 veces al día todos los días.