¡Cómo no hablar de nuestro más nombrado fármaco estos días! Sí, el acompañante indispensable en muchos dolores: nuestro querido Ibuprofeno. El pasado enero este fármaco volvió a ser noticia por el fallecimiento a sus 95 años de su descubridor Stewart Adams, un farmacéutico inglés que recibió la misión de encontrar un antiinflamatorio más eficaz y seguro que el Acido Acetilsalicílico (Aspirina).
El Ibuprofeno, que es imprescindible en muchos hogares pero que también es repudiado en otros. Vamos a ver qué verdades y qué mitos existen sobre él.
DESCUBRIMIENTO DEL IBUPROFENO
A Stewart Adams se le encomendó la búsqueda de una “superaspirina” en el año 1953 cuando fichó por la empresa farmaceútica inglesa Boots. Tras muchos años de ensayos en animales con casi 1.000 compuestos Adams llegó a experimentar cinco compuestos en humanos, demostrando que el ibuprofeno era eficaz en pacientes con artritis reumatoide sin apenas efectos secundarios. En 1969 las autoridades británicas aprobaron la comercialización del fármaco.
El propio Adams probó el fármaco a una dosis de 600mg para tratarse un dolor de cabeza antes de dar una charla, pero lo curioso de este dato es que Adams años después confesó que ese dolor de cabeza era debido a una resaca tras una fiesta con colegas. Por tanto se puede decir que una resaca llevo a descubrir este anlagésico, antiinflamatorio y antipirético tan comercializado en todo el mundo.
CÓMO ACTÚA EL IBUPROFENO
El ibuprofeno es un fármaco que pertenece al grupo de medicamentos concidos como AINES (antinflamatorios no esteroideos). Actúa inhibiendo la enzima Ciclooxigenasa 2 (COX-2) en los tejidos periféricos disminuyendo la producción de Prostaglandinas que son la causantes del dolor, la inflamación y la fiebre.
El problema con el Ibuprofeno deriva en que también actúa a nivel de la enzima Ciclooxigenasa 1 (COX-1) presente en el tubo digestivo y riñones, disminuyendo la producción de las prostaglandinas encargadas de la protección de la mucosa gástrica, de ahí que sea preferible tomarlo después de las comidas o con un inhibidor de la secreción de ácido.
No deben tomar ibuprofeno personas con problemas cardíacos o cerebrovasculares, ni personas con úlceras pépticas o problemas renales. No está indicado en niños menores de 6 meses.